La frase con que se inicia “tengo una ilusión” es de Martin Luther King (I have a dream). En su campaña anterior imitó a Obama “yes, we can”. pero el mal resultado de su gestión indica que no pudo. ¿Podrá ahora? Tengo dos comentarios: los recursos para implementarlo y la peligrosa ensalada constitucional.
Respecto del primero los números fallan. El costo del programa está estimado en US $ 15.100 millones para los cuatro años. La reforma tributaria aportará US $ 4.700 millones, el crecimiento económico US $ 8.200 y reasignaciones presupuestarias US $ 2.200 millones. Para ello se supone que la economía crecerá en 4.5 % en 2014 y 5 % en los años siguientes de modo que el PIB 2013 de US $ 280.000 millones llegaría en 2017 a US $ 340.000 millones. Por crecimiento, los ingresos tributarios (16 % del PIB) aumentarían correctamente en US $ 9.000 millones y el alza de impuestos igual al 2.5 % del PIB contribuirá con US $ 31.000 millones, en total US $ 40.000 millones. Por consiguiente, sobran US $ 25.000 millones. Alternativamente, para juntar US $ 4.700 millones se necesitaría aumentar los impuesto en tan solo de 0.38 % del PIB. O sea, nada.
En lo constitucional, la mayoría de las nuevas propuestas ya existen, tales como: las aguas como bien nacional de uso público (Código de Aguas Art. 5), o están contenidas en el Art. 19 de la Constitución como la igualdad ante la ley y la no discriminación arbitraria (N°2), seguridad personal (N°7), derecho al debido proceso (N°3), respeto a la honra (N°4), libertad de conciencia y estado laico (N°6), derecho a la libertad (N°7), libertad de expresión (N°12), derechos políticos (N°15), fuerzas armadas no deliberantes Art. 90), Banco central (Título XXII), como también otras entidades autónomas. Repetirlo es para dar la impresión de profundidad. Puro Marketing
Pero hay otros, acubanados, como las restricciones al derecho a la educación (N°10). Restricción al derecho de propiedad (N°23 y 24) agregándole el apellido “social” copiado de la reforma de Frei Montalva para poder expropiar bienes arbitrariamente. Es igualmente esclavizante que tales restricciones inexplicadas, se dejen al arbitrio de posteriores leyes regulatorias (viola el Art. 19 N° 26), procedimiento copiado de la Constitución Cubana. Otros derechos son contradictorios entre sí. Se propone la protección a la vida y se condena la tortura, pero se acepta el aborto. ¿No es acaso una tortura que precede al asesinato del que está por nacer contradiciendo el Art. 19 N°1? Se propone la obligatoriedad de sindicalización violando el Art. 19 N°15. Se promete crear una AFP estatal y ampliar el giro comercial de Enap, ambos opuestos al Art. 19 N°21. Se suprime la potestad preventiva del Tribunal constitucional (Art. 82) quedando como una institución meramente consultiva y no vinculante, lo que permite que el parlamento pueda, mediante una mayoría ocasional, aprobar normas inconstitucionales.
Podría haberse economizado tanta verborrea a cambio de un mayor contenido explicativo. No se necesitaban 191 páginas.
Javier Fuenzalida A.,
Profesor, Universidad Finis Terre