Por David Pérez Arce
La pregunta que se estarán formulando hoy, los funcionarios municipales el resultado de un mes de paralización, y los empleados del sector público, estarán analizando si prolongarán su movilización, en forma indefinida, como lo anuncian algunos dirigentes.
Para el grueso de la opinión pública, que se sienten afectado por esta paralización de funciones es conveniente que conozcan un poco de historia, lo que son estos “movimientos sociales” que intentan aprovechar la coyuntura de los últimos meses de gobierno, para ejercer una presión y con ello lograr el objetivo, que se inició, en cada ocasión, con mucha fuerza la que se va debilitando con el correr de los días.
La historia de los paros
Estamos hablando de los paros que han debido conocer, los Presidentes de la República en el último año de su mandato.
La administración de Michelle Bachelet es donde hubo la mayor cantidad de paralizaciones, las que llegaron a 13.
Las más complejas fueron dos de los docentes, lo que significó prolongar el año escolar hasta el mes de enero del año siguiente, poniendo en duda la realización de la prueba Simce.
El actual gobierno de Sebastián Piñera, sólo en este año ha tenido que atender nueve paralizaciones, entre ellas las del sector municipal, Registro Civil, Correos de Chile, situaciones que provocaron serios problemas a los ciudadanos que requerían atención de urgencia de estos servicios.
La administración del Eduardo Frei Ruiz Tagle debió soportar siete paralizaciones, siendo la más recordada la movilización de los estudiantes de educación superior, la movilización de los funcionarios del Teatro Municipal y la paralización de los portuarios.
Ricardo Lagos no estuvo ajeno a este tipo de movilizaciones, fueron de corta duración, pero paralización. El más grave fue la paralización de los estudiantes universitarios, conflicto que se prolongó por 25 días y que significó el cierre de universidades emblemáticas.
Los líderes, en cada una de estas agrupaciones, nacen espontáneamente, dirigentes que se van moldeando con el paso de los años y con un costo, que deben medir los trabajadores de cada uno de los sectores que son la parte principal en estas movilizaciones.
¿Quedarán en la historia lo del 73…?
Hay quienes siguen cosechando frutos de lo sucedido en Chile en Septiembre de 1973. Dando a conocer un solo punto de vista, lo que trae como consecuencia una división entre los chilenos.
Los jóvenes que nacieron en la década del 70, ya tienen más de 40 años y ellos son padres de una nueva generación, que se está incorporando a la política.
Ellos debieran constituirse en la nueva fuerza política, creando, incluso, nuevos partidos políticos. Más modernos porque están viviendo una situación diametralmente diferente, a las que les correspondió vivir, a quienes hoy son parte de la generación de adultos mayores.
Para que estas nuevas generaciones participan de su espacio, es necesario entregarles el espacio suficiente para que se muevan, son unos tres millones de jóvenes chilenos, los que perfectamente podrían movilizar al país, con nuevas ideas, sepultando aquellas añejas disputa entre los extremos políticos que dominaron el siglo pasado y cuyos resultado no han sido los más alentadores.