Por David Pérez Arce
El observar cruzar de un lado a otro, para llegar a su hogar, teniendo como obstáculo un canal, es el riesgo que a diario corren, niños, jóvenes, adultos, de ambos sexos, quienes desafían el riesgo, utilizando un trozo de madera y equilibrando, para no caer al agua, deben realizar a diario.
No es un sector rural de alguna comuna. Esto sucede en Rancagua en medio de sectores poblacionales que cuentan con calles pavimentadas, luz eléctrica, vale decir un barrio urbano, muy próximo al centro de la ciudad.
La dificulta se crea, al existir la planta de revisión técnica en la Población Dintrans, y como el número de vehículos que llega a cumplir con esta exigencia legal, es de tal magnitud, que sencillamente imposibilita el normal desenvolvimiento de quienes en ese populoso sector.
Lo curioso es que la calle Eusebio Lillo, que nace en la población Granja, cruza hacia el sector sur, atravesando el nuevo sector de la ex Viña Santa Blanca.
Esta misma arteria, calle Eusebio Lillo, llega a la Población Dintrans y lo que falta es construir un puente sobre este canal de regadío, permitiendo una solución, que va mucho más allá, pues permite que el tránsito de vehículos pueda utilizar esta calle pavimentada, para llegar al centro de la ciudad y sería la solución para la locomoción colectiva.