Chile ha experimentado un gran progreso en la última década en la calidad de vida. No obstante, comparado con los países de la OCDE, este buen desempeño solo se da en pocas áreas de bienestar y se sigue ocupando un lugar bajo en el Índice para una Vida Mejor de esta entidad.
Debemos comenzar a ver la calidad de vida como un componente clave del progreso de la sociedad. Según la OCDE, el crecimiento debe evaluarse con parámetros que van más allá de las cifras del PIB y las estadísticas económicas. Así, este concepto se posiciona como un índice relevante a la hora de medir el bienestar.
En Sodexo coincidimos con esta visión y creemos que las empresas jugamos un rol fundamental en el desarrollo de una sociedad más inclusiva, en donde la calidad de vida es un eje central. Según cifras del Banco Mundial, el sector privado representa el 90% de los empleos creados a nivel global, he aquí nuestra gran responsabilidad.
Hoy hablamos de un país que se aproxima al “plano empleo”, sin embargo, seguimos observando brechas salariales entre hombres y mujeres, falta de mano de obra calificada y personas que trabajan sin contrato.
Sin duda, una de las vías más eficaces para alcanzar un mayor bienestar es la creación de empleos de calidad, lo que implica la construcción de un círculo virtuoso que apoye el desarrollo personal de cada empleado, dándole acceso a capacitación, estabilidad financiera que le permita acceder a una mejor salud y educación de sus hijos.
Según la ONU, una sociedad inclusiva nace tras un proceso en el cual se hacen esfuerzos para garantizar la igualdad de oportunidades y en la que todos los ciudadanos pueden alcanzar su máximo potencial.
Sin embargo, la desigualdad sigue siendo un escollo. En los países OCDE, el ingreso promedio del 10% más rico de la población es casi nueve veces mayor que el de los más pobres. Cifras de la OIT revelan que el desempleo a nivel global afectó a 202 millones de personas en 2013, siendo las mujeres, las minorías, las generaciones más jóvenes y los adultos mayores los grupos más afectados.
Para dejar atrás esta realidad se requiere al menos de tres pasos: la eliminación de barreras a la participación, dar acceso a los recursos y acceso a oportunidades que posicionen el bienestar de las personas en el centro del crecimiento económico.
Creemos que como sector privado es mucho lo que podemos hacer para lograr una sociedad más inclusiva, sobre todo desde la vereda de la creación y el desarrollo de empleos de calidad, piedra angular de una sociedad más equitativa. Estamos conscientes que para crear valor y mejorar nuestra calidad vida, las organizaciones y la sociedad debemos poner a las personas en el centro de nuestras prioridades.
Patricio Fernández
Director de Comunicaciones y RSE de Sodexo Chile