¿Qué representatividad tienen las organizaciones sociales como las políticas, sindicales, empresariales, colectivos, góticos, anarquistas, etc.? Cada uno se atribuye el sentir nacional. Sin embargo sabemos que los partidos políticos cada vez tienen menos representatividad. Una inesperada mayoría superior al 60 % de los votantes chilenos no lo hizo en la última elección. En el lenguaje concertacionista los electos carecen de legitimidad. Menos del 30% de los trabajadores chilenos están sindicalizados y la afiliación a la CUT no llega al 20%. Los estudiantes tienen que recurrir a medios ilícitos para aprobar tomas y marchas porque tampoco tienen mayoría, etc. Son minorías.
A medida que vamos conociendo la letra chica de los proyectos de reforma tributaria y educacional la ciudadanía ha comenzado a manifestar su creciente disconformidad, al igual que el manoseado proyecto electoral en que se establecen arbitrariamente chilenos de diferentes clases para favorecer a los partidos. Sobre la nueva Constitución ya se insinúa restringir los derechos de la personas. Frente al ocultismo una mayoría silenciosa sale de su letargo o pasividad y comienza a hacerse presente. Son los microempresarios, pymes, jóvenes emprendedores; los sostenedores de las escuelas, padres y apoderados, credos religiosos y otros movimientos.
Algunos ideólogos, si bien reconocen la racionalidad individual, niegan la existencia del consciente colectivo. La sociedad como tal es incapaz de determinar sus objetivos y fines colectivos, justificando el paternalismo y el estatismo como entes superiores capaces de definir las conveniencias sociales y por lo tanto pastorear a los ciudadanos. Una teoría vieja, ya lo había planteado Hobbes con su Leviatán. También pensaba en forma semejante Rousseau y siguieron otros hasta que Marx le dio forma política a la fracasada revolución del proletariado.
El estatismo que se nos quiere imponer a costa de los derechos individuales está produciendo reacciones. Algunos en la política, en los centros de estudios y otros simplemente, con un gran trabajo y esfuerzo, aglutinando en su alrededor la mayoría silenciosa que ya ha encontrado un liderazgo. Merece un especial destaque Juan Pablo Swett. Exitoso emprendedor independiente cuyo esfuerzo lo está llevando a una posición que tal vez no había imaginado. Ha preferido actuar directamente, sin colores políticos en defensa de los derechos de la clase media: los nuevos emprendedores, micros, pequeños y medianos empresarios y sus seguidores que ya suman cerca de 300.000. Algo nunca visto en Chile. Supera a la suma de afiliados a partidos políticos. Supera a la CUT y a la CONFECH y otras más. Se ha convertido en el interlocutor válido para una verdadera mayoría de empresarios con sus colaboradores, clientes, proveedores, ignorados por los políticos. No dudo que entre la fuerza laboral joven de todos los niveles aparecerán más Swett para bien del país.
de esperar que políticos del gobierno y del parlamento tomen nota porque estarán arriesgando convertirse en la nueva minoría.
Javier Fuenzalida A.
Profesor, Universidad Finis Terrae
