Amnistía Internacional ha pedido al gobierno de Estados Unidos que detenga de inmediato la transferencia de un cargamento de combustible estadounidense que actualmente está en ruta hacia Israel para ser utilizado por el ejército israelí. La organización ha pedido reiteradamente un embargo de armas integral sobre todas las partes del conflicto, mientras se acumulan las pruebas de que todas las partes han cometido crímenes de guerra en las cuatro últimas semanas en Gaza.
El gobierno estadounidense ha seguido suministrando cientos de miles de toneladas de combustible –para aviones de combate y vehículos militares– a las fuerzas armadas israelíes, a pesar de la vertiginosa cifra de víctimas civiles en ataques aéreos y otros ataques militares. La última remesa de combustible para aviones estadounidense llegó a Israel el 14 de julio, a la semana de iniciarse el conflicto. Hubo nueve cargamentos anteriores de Estados Unidos a Israel en 2013 y 2014. Un buque cisterna de combustible con el último envío estadounidense de combustible está navegando actualmente junto a las Azores y está previsto que llegue a Israel el 12 de agosto.
“El gobierno estadounidense seguirá manchándose las manos de sangre si continúa suministrando combustible para aviones de combate y vehículos militares usados en ataques que causan cada vez más muertes y lesiones terribles entre la población civil”, ha dicho Brian Wood, director de la campaña Armas bajo Control y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
“En lugar de seguir enviando cargamentos de combustible y armamento al ejército israelí, Estados Unidos debe suspender de inmediato todas estas transferencias y apoyar la apertura de una investigación internacional sobre las atrocidades que están cometiendo ambas partes.”
Según documentación entregada a Amnistía Internacional por la organización TransArms de Chicago y por International Peace Information Service, con sede en Amberes, el petrolero Overseas Mykonos, con bandera estadounidense, partió de Houston el 23 de julio de 2014 con destino declarado a Asquelón, justo al norte de la Franja de Gaza, donde hay una importante terminal petrolera.
Desde que comenzó la ofensiva el 8 de julio, los ataques incesantes por aire y tierra de las Fuerzas de Defensa de Israel han causado una destrucción inmensa. Se han destruido miles de viviendas y se han causado daños en bienes civiles, incluidos centros médicos e infraestructura esencial. Hasta ahora han muerto más de 1.800 palestinos, la inmensa mayoría de los cuales eran civiles; más de 440 eran menores de edad. Asimismo han perdido la vida al menos 64 soldados israelíes, dos civiles israelíes y un ciudadano tailandés en ataques con cohetes de acción indiscriminada que Hamás y otros grupos armados palestinos siguen disparando contra Israel.
En vista de que no se vislumbra el fin permanente de las hostilidades, Amnistía Internacional ha pedido a todos los demás Estados que impongan de inmediato un embargo total de armas a todas las partes del conflicto de Gaza.
“Estados Unidos e Irán son igualmente culpables de posibilitar la comisión de violaciones del derecho internacional al dar apoyo militar a las partes enfrentadas. Sin el suministro de tecnología militar, ninguna de las partes enfrentadas en Gaza podía haber cometido repetida e impunemente violaciones del derecho internacional de tal alcance. Mientras los perpetradores de ambas partes no sean obligados a rendir cuentas, no debería permitirse el envío de suministros militares que puedan destinarse a cometer graves abusos”, ha dicho Brian Wood.
Amnistía Internacional ha pedido que la situación de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados se remita al fiscal de la Corte Penal Internacional.
Cargamentos de combustible de Estados Unidos para Israel
Los documentos de transporte facilitados a Amnistía Internacional muestran que el Overseas Santorini y su buque gemelo, el Overseas Mykonos, han atracado en la terminal petrolera de Asquelón al menos en 10 ocasiones desde enero de 2013 –seis veces desde enero de 2014– y entregado un total de 277.000 toneladas (101 millones de galones) de combustible para reactores suministrados por el gobierno estadounidense a las fuerzas armadas israelíes. La empresa OSG Ship Management (GR) Ltd, radicada en Atenas, gestionaba ambos buques cisterna.
Siete días después de empezar los ataques de Israel contra Gaza como parte de la operación “Margen Protector” el 8 de julio, la entrega más reciente de una remesa de combustible para reactores la hizo un petrolero con bandera estadounidense, el Overseas Santorini. El buque partió de Corpus Christi (Texas) el 21 de junio y llegó a Asquelón el 14 de julio con 26.000 toneladas (9,6 millones de galones) de combustible para reactores a bordo en virtud de un contrato firmado con la División Energética de la Agencia de Logística para la Defensa de Estados Unidos (DLA Energy).
La División Energética de la Agencia de Logística para la Defensa estadounidense, responsable de la obtención y distribución de diversos tipos de combustible para las fuerzas armadas estadounidenses y sus aliados, envió 9 de los 10 cargamentos de combustible para reactores que llegaron a Israel en 2013 y 2014. El décimo fue supervisado por el “Gobierno de Israel” a través de su consulado en Nueva York.
En años recientes, DLA Energy ha concedido contratos por valor de cientos de millones de dólares a empresas energéticas estadounidenses para la provisión de combustible para reactores a las fuerzas armadas israelíes, en particular a una filial de Valero Energy radicada en San Antonio.
En octubre de 2013, DLA Energy concedió a Valero Marketing and Supply Co., empresa radicada en Texas, un contrato por importe máximo de 331 millones de dólares por el suministro de combustible de turbinas de aviación para las fuerzas armadas de Israel, y a Petromax LLC, radicada en Bay City (Texas), un contrato por el suministro de gasolina de automoción también para las fuerzas armadas de Israel.
Anteriormente, en 2013, se había concedido a Valero Marketing and Supply Co un contrato por importe máximo de 246 millones de dólares por el suministro de combustible de aviación a las fuerzas armadas israelíes. Cuando Amnistía Internacional se puso en contacto con la empresa, la persona que ejerció de portavoz de Valero respondió que la empresa tenía por norma no comentar los detalles de sus contratos de suministro. OSG Ship Management y Petromax no han respondido a las cartas enviadas por Amnistía Internacional.
El 16 de abril de 2013 se notificó al Congreso de Estados Unidos que el gobierno israelí había solicitado 864 millones de galones de combustible de aviación JP-8 (“propulsión a reacción”) por valor de 2,7 millones de dólares, con la siguiente afirmación: “Estados Unidos tiene un compromiso con la seguridad de Israel”. El combustible JP-8 se utiliza para aviones de combate como los F-16 fabricados en Estados Unidos, que han sido utilizados por la fuerza aérea israelí durante la operación militar en curso contra Gaza, así como para ciertos tipos de aeronave, helicópteros de ataque, tanques y otros vehículos militares terrestres con cierta clase de motores.
Los aviones de combate F-16 son utilizados por al menos 12 unidades de las Fuerzas de Defensa de Israel. Israel ha obtenido más de 300 aviones F-16 desde la década de 1980 y, según informes, más de 170 siguen en servicio activo.
Con arreglo a la Ley de Ayuda Exterior de Estados Unidos, no se podrá dar asistencia en materia de seguridad a ningún “país cuyo gobierno cometa de forma sistemática violaciones graves de derechos humanos internacionalmente reconocidos”. Pese a ello, sucesivos gobiernos estadounidenses han aplicado una cláusula de esa ley que autoriza al presidente a continuar con los suministros en “circunstancias extraordinarias”.
“Al ignorar de manera sistemática el costo humano demoledor de sus ingentes envíos de armas y combustible para uso militar a Israel, Estados Unidos está desobedeciendo descaradamente los principios básicos de derechos humanos”, ha afirmado Brian Wood.