Familiares, amigos, compañeros de trabajo y toda la localidad de Coya, quisieron ser parte de la despedida y acompañar en el último viaje que ambos hermanos realizarían juntos.
Más de quinientas personas llegaron hasta la Población El Álamo de Coya, para participar en la misa de despedida de los hermanos María José y Pablo Alejandro González Valdebenito, quienes fallecieron luego que el Kia Morning en que viajaban impactara de forma frontal contra un bus Link que trasladaba a trabajadores contratistas de la División El Teniente de Codelco.
La eucaristía fue precedida por el padre José, párroco de la localidad, quien aseguró que “la fe ayuda a comprender y aceptar realidades que causan dolor como la que hoy vivimos”. Además, solicitó a los amigos tanto de María José como de Pablo a acompañar y a no dejar sola a su familia.
Uno de los momentos más emocionantes de esta despedida, sucedió en el Kilómetro 13 de la Carretera del Cobre – lugar en que ocurrió el fatal accidente – donde una caravana de más de 150 autos tuneados que esperaba el cortejo fúnebre para acompañarlos hasta el Cementerio Parroquial de Machalí. Mientras que el adiós final a estos jóvenes coyinos, fue al ritmo de esa cueca que ellos tanto amaron bailar en grupo folclórico “Los Cordilleranos”.
Respecto al recuerdo de aquellas personas que los conocieron, Nicolás Guajardo, uno de los compañeros de trabajo de Pablo en la empresa Puerto Principal. “Él era una persona muy alegre. Es muy triste todo lo que sucedió, hoy hemos perdido una gran compañero que vivía preocupado por los demás”.
Opinión que fue compartida por Uriela Cuevas, coyina que los conoció desde la niñez, quien agregó que “era muy buenos chiquillos, amables, cariñosos y muy respetuosos. Es una triste y gran pérdida para nuestro pueblo porque ellos vivieron toda su vida aquí. Todos lo conocían por lo bueno y alegres que eran”.
Por último, el alcalde José Miguel Urrutia comentó que “con ese trágico accidente Coya y toda la comuna está de duelo, se han perdido a personas jóvenes que tenían toda una vida por delante. Por lo mismo, es necesario estar con sus familias acompañándolas y demostrándoles el cariño que estos chicos – con su manera de ser- se habían ganado dentro de la comunidad coyina”.
