La rutina busca la responsabilización y la ocupación del tiempo libre.
Más de 15 talleres, entre deportivos y de responsabilización y desistimiento de la carrera delictual, son parte del plan formativo en el que participan los jóvenes que cumplen sanción en el centro de justicia juvenil semicerrado de Rancagua (CSC).
Alejandro Romero, director del CSC, explicó que en la actualidad se realizan seis talleres diurnos en los cuales está natación, surf, tenis, raquetball, acondicionamiento físico y fútbol. En el plan nocturno hay 10 talleres desde formativos relacionados con sexualidad, afectividad y género, hasta el voluntariado con el Hogar de Cristo.
“Los talleres nocturnos están destinados a la responsabilización y el desistimiento con la carrera delictual, cuando los jóvenes van conociendo experiencias que son mucho más críticas de su propia realidad. El plan diurno busca que el adolescente experimente las actividades asociadas al estilo de vida saludable y a la ocupación del tiempo libre”, informó Romero.
Además, el director reconoció el apoyo del Instituto Nacional de Deporte (IND) y la alcaldía de Graneros para desarrollar la parrilla de talleres.
Uno de los espacios que más sobresale para los jóvenes es el voluntariado con el Hogar de Cristo que se realiza los jueves a partir de las 22 horas, acompañado por los educadores del Sename.
“Se enfrentan con el hecho de reconocer a personas que forman parte de su trayectoria de vida y que en el contacto con la realidad se dan cuenta que están en condiciones más negativas que ellos, y eso les hace valorar el lugar donde están y las oportunidades que reciben. Ha pasado que se encuentran con amigos y esto les sirve para replantearse ciertas cosas”, dijo el director.
Jóvenes disfrutan de pasantía en Fantasilandia
Gracias a un convenio entre el CSC de Rancagua y Fantasilandia, cada dos meses los jóvenes que presentan una mejor adherencia al tratamiento, participan de un emocionante día en el parque de diversiones.
“Esto obedece a una pasantía cultural y lúdica que funciona como un refuerzo en el proceso de reinserción social que adelantan los adolescentes, donde se reconoce la voluntad y respuesta positiva al tratamiento”, informó Romero.
