¿Caímos ya en la trampa del ingreso medio? Es un término eufemístico para designar a países que, estando próximo a ser desarrollado, se empantanan por el populismo y las ideologías “progres” a costa de la población. Los discursos políticos están repletos de promesas para sembrar esperanza de bienestar que ni se cumplen y que han dado origen en diferentes países a manifestaciones públicas como los indignados. Psicólogos y sociólogos intentan explicar estos fenómenos con sesudas teorías pero en el fondo no son otra cosa que producto de la desesperación y frustración ciudadana ante el fracaso del estado.
La semana pasada hemos sido testigo de una carta-manifiesto suscrita por mas de 200 científicos y académicos chilenos reclamando por la inaceptable actitud del gobierno respecto de Conicyt, institución que debiera ser la mas importante institución pública promotora del desarrollo científico y tecnológico del país y que ha sido imperdonablemente olvidado desde la Presidente hacia abajo. Los científicos y académicos no se encapuchan ni marchan produciendo desmanes, no grafitean ni destruyen la propiedad pública, sino que desarrollan su valiosa labor de investigación y docencia en silencio y con dignidad pero con ira cuando se imponen del derroche y corrupción en que incurren los que manejan el estado.
Se han publicado listas de parientes y amigos de altos personajes públicos con puestos sin significación, sin concursar, sin propósitos claros con remuneraciones de 3, 4, 5 y hasta 7 millones por mes. Amigos designados en cargos diplomáticos que han debido ser demitidos por incompetentes. Un ex embajador que hizo declaraciones inaceptables hoy comparte una lujosa oficina con el canciller, prebendas a parientes y familiares cercana a la presidente, un senador que abandona impúdicamente la tragedia de sus representados para asistir a un partido de rugby en Inglaterra. Etc. Mientras tanto el Proyecto para crear el Ministerio de Ciencias tan prometido por ex presidentes y la actual presidenta yace olvidado y se prefiere legislar sobre el aborto, el matrimonio homosexual. La ciencia y el conocimiento no rinden votos ni aumenta la popularidad.
Entretanto el presidente de Conicyt, la mas alta autoridad en materia científica del país, premio nacional de ciencia, debe trabajar ad honorem como si fuera un pastor religioso cuando debiera dedicarse de lleno a su gestión y cuta remuneración no debería ser inferior a la del rector de la Universidad de Chile. Vergüenza nacional. Obviamente Coniciyt funciona mal, falla en la dirección, atraso en el cumplimiento de sus programas, becados que no reciben los fondos para hacer sus estudios, otorgamiento de fondos a proyectos sin proyección, etc.
El gasto en investigación científica y tecnológica en Chile no llega a 1 % anual. No hay un incentivo para inducir al sector productivo a asociarse con las universidades para proyectos de investigación. La razón, SII considera que el gasto en investigación y desarrollo que hacen las empresas no pueden deducirse como tal porque no son necesarios para generar los ingresos del período. Debe ser uno de los pocos países del mundo que hacen tributar al conocimiento como si fuera un combo del Mac Donald. Gobierno para la ignorancia.
A esta se suma otra desgracia. La educación no es solo memorizar conocimientos, es también una formación integral de los jóvenes: conocimiento, disciplina, civilidad, valores y ética y como decían los romanos “mens sana in corpore sano”. La semana pasada concluyó una importante justa deportiva: Campeonato Interescolar de Atletismo. Pasó desapercibido por los medios de comunicaciones. Los comentaristas deportivos creen que los romanos se referían al football en la citada frase. Nada dijeron, presumiblemente no asistieron porque no son noticia, no hacen escándalos, no chocan, no son fouleros como los futbolistas. El otro pecado, los competidores con sus alegres y juveniles barras, sin desmanes ni insultos ni destrozos, pertenecen solo colegios particulares. Esos que no salen a las calles a vociferar, destruir la propiedad pública y privada y no destruyen los colegios por que no se los toman. ¿Concurrió alguna autoridad pública a testimoniar el encuentro o la TV y sus comentaristas? Al parecer nadie porque un ministro dice que hay que bajarlos de los patines en lugar de subir a los estudiantes de las escuelas estatales ausente de estas competencias. La calidad de la educación pública se traduce en que ni estudian ni son deportistas, otra variedad de “ninis”. Pero el gobierno nivela por abajo.
Javier Fuenzalida A.
