En el mundo islámico existen cerca de 135 corrientes interpretativas del Corán. Las más conocidas son los sunitas (descendientes directa de Mahoma) y los Chiitas (sucesores del yerno Alí). Esas divergencias han dado origen a numerosos movimientos político-religiosos. Entre los más violentos, intransigentes e intolerantes están Al Qaeda, Isis, los Hermanos Musulmanes, Baaz, Hamas y ahora un Estado Islámico que no es nación ni estado ni país. El número de corrientes islámicas no sorprende. Las iglesias cristianas también son numerosas. Suman alrededor de 129 desde el inicio de la era cristiana con corrientes como los Nestorianos, Arrianos, Coptos y muchas otras posteriores a partir de la Reforma del Siglo XV pero que a diferencia de los islámicos, hoy conviven en paz.
El panorama geo político de Medio Oriente se complicó en el siglo XX. La primera revolución industrial del siglo XVIII dio origen a una economía basada en el uso del Carbón como la principal fuente energética. Pero en el siglo XX se inicia una Segunda Revolución Industrial caracterizada por un creciente uso del Petróleo productos de los avances científicos y tecnológicos. El 70 % de las reservas se concentraban en Medio Oriente lo que llevó a Inglaterra, Francia (pacto secreto Sykes-Picot de 1916 con el consentimiento de Italia y Rusia) a fines de la Primera Guerra Mundial a redefinir artificialmente las fronteras, creando países de acuerdo con los intereses de los productores de petróleo. Se cometió el error de reunir en un mismo territorio a diversas corrientes islámicas creándose una constante inestabilidad tanto interna como externa en esos países, a menudo gobernada por títeres de los países occidentales intervinientes o creando falsas dinastías reales como los Pahlavi en Irán, Hachemi en Iraq y Jordania y Saudi en Arabia. Posteriormente los yacimiento petrolíferos quedaron en manos de las “Siete Hermanas” (Esso, Chevron, Mobile, Shell, British Petroleum, Gulf y Texaco), situación que explotó en los años 50 cuando se inicia el proceso de nacionalización del petróleo en Arabia Saudita, Irán, Iraq, Qatar junto a un nacionalismo socialista en Egipto, Siria y los países del Norte de África. Crean la OPEC, el cartel del petróleo para resarcirse de los bajos precios que las siete hermanas mantuvieron durante más de 30 años del orden de US $ 12 por barril (en dólares actuales), elevándolo hasta US $ 46 en 1974 provocando una severa crisis mundial. El mundo se había desarrollado en base a una energía barata de $ 12 dólares y no de $ 46. El nacionalismo musulmán se opone a Occidente y de un hecho económico-político deviene otro religioso, pero sin unidad. Nace el terrorismo de los 60 en adelante, el precio sigue creciendo llegando a US $149 a mediados del 2008. Las intervenciones militares de USA, Rusia y países europeos en Medio Oriente buscan instalar regímenes afines a occidentes para asegurarse el abastecimiento de petróleo.
El Profesor Jeremy Rifkin nos enseña que hoy estamos entrando a la Tercera Revolución Industrial caracterizada por el fin de la dependencia energética en los hidrocarburos para ser sustituida por las fuentes renovables: hidroeléctrica, bioenergía, gas natural, nuclear o fuentes naturales inagotables como la mareomotriz, eólica y solar. Esta sustitución restará o acabará con la importancia política y económica de Medio Oriente. En este nuevo escenario no tienen sentido la intervención político-militare en la zona. Esta semana el precio descendió a $ 39 el barril y los expertos señalan que continuará bajando. Puesto así, Occidente debe dejar de intervenir en Medio Oriente.
Los 7 principales proveedores de armamentos a Medio Oriente (USA, Rusia, Francia, Inglaterra, China y Alemania, en ese orden) les vendieron US $ 100.000 millones en armas en los últimos cinco años. Si hubieran destinado esos recursos a la investigación y exploración de nuevas fuentes energéticas es probable que no nos estuviéramos lamentándonos hoy del terrorismo prevaleciente.
El mundo se beneficiará muchísimo más acelerando el desarrollo de las nuevas fuentes de energía que financiando guerras. Todos los economistas estudiamos en el famoso texto del premio nobel Paul Samuelson. En sus primeras páginas planteaba una pregunta muy pertinente ¿mantequilla o cañones? Esos siete países debieran desarrollar la estrategia pertinente y no irrumpir con bombardeos a diestra y siniestra que son mas una venganza que a una opción para convivir en la III Revolución Industrial. Aun es tiempo.
Javier Fuenzalida Asmussen
