Cuando visité el hospital de Santa Cruz por vez primera hace poco más de 2 años, me impresionó su moderna infraestructura, sus salas limpias, su mobiliario aun nuevo y su gente amable.
Es un hospital de mediana complejidad con 85 camas, fue inaugurado en el 2010 a un costo de más de 13.000 millones de pesos y ofrece a la comunidad servicios de urgencias, hospitalización de pediatría, maternidad y médico quirúrgico, farmacia, Kinesiología, Imagenologia, laboratorio, pabellones quirúrgicos y los policlínicos de especialidades, odontología y cirugía maxilo facial entre otros.
Con la progresiva incorporación de nuevos médicos especialistas su cartera de servicios se ha ampliado a una mayor y mejor oferta de atenciones médico quirúrgicas disminuyendo en forma considerable la derivación de pacientes hacia otros hospitales de la región.
El hospital de Santa Cruz, nuestro hospital, es un patrimonio arquitectónico de la región, que desde su apertura hace 7 años, recibe con sus puertas abiertas la visita diaria de cientos de personas que buscan alivio a sus quebrantos de salud. Cual madre amorosa, siempre está dispuesto a recibirnos en su seno para que nuestras dolencias y sufrimientos reciban consuelo.
Ahora, día a día, lo visito. Trabajo allí y la mayor parte de mi tiempo lo paso en sus instalaciones, continúo viendo gente amable que se esfuerza en realizar “su pega”. Como recompensa, recientemente fuimos acreditados. Sin embargo aquella infraestructura moderna del inicio, con el paso del tiempo, el uso, el mal uso, los factores ambientales y la falta de mantención, hoy, presenta señales evidentes de un deterioro que progresa. No existiendo recursos presupuestarios para la conservación y reparación, asistimos cada día al envejecimiento de sus instalaciones y de sus equipos. Si lo visitas hoy, lamentablemente te encontraras con murallas sucias, sillas rotas y muebles dañados.
Nuestro hospital se nos hace viejo.
Y, si ha de hacerse viejo, queremos que lo haga con dignidad. Dignidad que se refleje en la conservación de sus instalaciones, jardines y espacios diversos, dignidad en el trato a nuestros pacientes y entre los funcionarios que aquí trabajamos, en su incorporación a procesos docentes universitarios y en todo tipo de servicio que preste a la comunidad. Queremos tener siempre un hospital digno.
Desde nuestro encuentro con él, hemos aprendido a quererlo y para que nos siga siendo útil por muchos años, todos tenemos que aprender a quererlo un poquito, que nos duela su deterioro y que sintamos necesidad de cuidarlo, rescatarlo, renovarlo, modernizarlo, para que siempre esté a la altura de una ciudad que crece y progresa.
Todas estas reflexiones nos han motivado a crear la Fundación Amigos del Hospital de Santa Cruz con los objetivos de promover el uso adecuado, conservación y mantención de su infraestructura, contribuir con el propósito de alcanzar el más alto nivel de calidad de la atención médica, impulsar la docencia y la formación del recurso humano, estimular la calidad humana, profesional y la vocación de servicio así como prestar ayuda humanitaria en casos de desastres naturales y ambientales.
Ha sido muy satisfactorio sentir la gran aceptación que esta iniciativa ha tenido, señal de que somos más los que nos identificamos con esta situación, por eso, lo invito, amigo lector, a incorporarse a este proyecto, el hospital es de todos, es nuestro hospital, es su hospital, vamos a cuidarlo y a colaborar con él, es nuestro patrimonio y el de nuestros hijos y nietos.
En la Fundación Amigos del Hospital de Santa Cruz somos un grupo de gente entusiasta con muchas ganas de trabajar por la recuperación de nuestra primera institución de salud, lo invitamos a incorporarse, ayúdenos, colabore con nosotros, su aporte es muy importante.
