Siendo Patricio Aylwin elegido presidente de Chile y con esa investidura viajó al extranjero, representando a nuestro país tras el retorno al sistema democrático.
Lo desagradable del viaje, estuvo en el hecho, que chilenos, compatriotas nuestros, que vivían en esos países, le lanzaron huevos los que dieron en su tenida. Que atropello más increíble, de gente que está radicada en otros países, actúe de esa forma para manifestar su disconformidad para lo que había elegido Chile.
En esa oportunidad hice escuchar mi comentario, a través de la emisora en la que trabajaban, diciendo que era inaceptable y mi critica la centrada en que “se trata del Presidente de mi País” y esto lo rechazo y lo repudio.
Pasa el tiempo, y una joven estudiante le lanza un jarro de agua a la Ministra de Educación que estaba reunida con profesores y alumnos. Reiteré mi protesta, porque esa funcionaria pública es representante, en esa cartera de educación, del gobierno elegido democráticamente en nuestro país.
Un senador recientemente elegido, recibe una agresión de un “ciudadano” que le lanzo un tomate golpea el rostro, del parlamentario. (Obviamente el ciudadano que cobardemente provocó esta agresión se arrancó, buscando un rincón para esconderse).
Pero, resulta inaceptable, que una jovencita de apenas 20 años, se atreva a lanzar un escupitajo al Presidente de la República, no dio en su objetivo, pero si escuchó los insultos.
Fue detenida por Carabineros llego a la unidad policial más cercana siendo llevada a los Tribunales de Justicia.
Tras un breve interrogatorio quedo en libertad, al considerar la magistrado que no había cometido delito…
Tengo una indignación tan grande y una vergüenza aun mayor, de este hecho que enloda nuestra tradición de respeto hacia nuestras autoridades.
¿Estoy enojado, con quien…? Me formulo la pregunta.
¿Contra quién cree usted…? Con la agresora o con el fallo judicial…
David Pérez Arce
Periodista
