Desde el año 2009 nuestro país cuenta con una Ley sobre Protección de los Animales, la que está regulada por tres reglamentos complementarios que comenzaron a regir en mayo de este año y que en la actualidad el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) – organismo a cargo de fiscalizar su cumplimiento- está adecuando a la práctica.
Ellos se relacionan con el cuidado del ganado durante su transporte, la producción industrial y la protección de aquellos animales que provean alimentos y subproductos. Se trata de una medida que está señida a los lineamientos establecidos por las OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) y a lo contemplado en el Acuerdo Sanitario y Fitosanitario entre Chile y la Unión Europea. y que genera beneficios, tanto en el ámbito del bienestar de los animales, como en el de la productividad registrada por los productores.
Ya en 1967 el gobierno del Reino Unido creó la Comisión Consultiva sobre el Bienestar de los Animales de Granja, un organismo que en 1979 se transformó en el FAWC ( Farm Animal Welfare Council ), y cuyas primeras recomendaciones fueron recogidas en las hasta hoy conocidas como las Cinco Libertades del bienestar animal que indican que éstos deben tener:
1.- Libertad para no sufrir ni hambre ni sed mediante el acceso acondicionado a agua fresca y a una dieta para mantener toda la salud y el vigor.
2.- Libertad para no sentir incomodidades proporcionando un entorno adecuado, incluyendo cobijo y un área de descanso confortable.
3.- Libertad para no estar sometido a dolor, mediante la prevención o el rápido diagnóstico de una enfermedad o daño.
4.- Libertad para expresar patrones proporcionando suficiente espacio, instalaciones normales de conducta adecuadas y la compañía de animales de su mismo tipo.
5.- Libertad para no sufrir ni miedo ni angustia garantizando las condiciones y el tratamiento que eviten el sufrimiento mental.
La reciente visita a Chile de Temple Grandin, experta en el tema y autora del libro «Cómo mejorar el bienestar animal, un enfoque práctico», trajo nuevamente a la palestra el tema de la importancia del buen trato de los animales en las plantas de faena.
A juicio de Grandin, si se desea resolver los problemas en su manejo es preciso determinar si las dificultades surgen de uno o más de los siguientes factores: Un problema de temperamento del animal; una dificultad de las instalaciones o un problema del personal. Sugiere entonces que para mejorar el manejo del ganado se deben seleccionar animales de temperamento calmo, corregir los problemas de las instalaciones que impiden el movimiento apacible del rebaño, y entrenar al personal que trabaja con ellos.
Sin embargo, algunas voces críticas se preguntan por el real sentido que tiene mejorar el bienestar de los animales para disminuir su dolor, si finalmente van a ser sacrificados.
Ante ello Grandin ha argumentado: «Cuando me preguntan cómo puedo justificar la matanza de animales por su carne, mi respuesta es la siguiente: el ganado no habría nacido si no lo hubiéramos criado con fines alimenticios. Debemos darle una buena vida y una muerte sin dolor».
De acuerdo o no con esa premisa, debemos entender que siendo una sociedad que en gran parte es consumidora y demandante de productos de origen animal, es nuestro deber proveerle a esos animales una vida acorde con sus necesidades inmediatas y atábicas, y de esa manera no sólo estaremos beneficiándolos a ellos, sino que como quedara claro en las experiencias de Temple Grandin, el proceso productivo se facilita y retribuye mejores resultados.
Es que sin duda, como ya dijera Albert Schweitzer, médico, misionero y premio Nobel de la Paz 1952: «Mientras el círculo de su compasión no abarque a todos los seres vivos, el hombre no hallará la paz por sí mismo».
ANTONELLA DAGNINO
VETERINARIA AGROGLOBAL CHILE