Me sorprendió la información que se nos entregó, por parte de carabineros, en una rueda de medios de comunicación, en la que se daba cuenta que el primer lugar de muertes en nuestro país, era consecuencia de los accidentes de tránsito y no por enfermedades como el cáncer.
Estaba recién dando mis primeros pasos en el periodismo policial, lo que me llevó a tener que investigar las razones de algunos de los accidentes, porque es indiscutible que debe haber factores que inciden a que esta cifra sea tan terrible.
Nacía en carabineros, una sección policial que se dedicaba a esta investigación y de verdad, que sus resultados causaban asombro. El mayor número de accidentes era por fallas humanas y no técnica, como también presumíamos.
Se fue a buscar las razones específicas donde estaba esta falla humana, que causaba tan elevado número de víctimas fatales. Lo dramático, era que un elevado número de fallecidos en accidentes, eran jóvenes, en su mayoría estudiantes, muchos de ellos habían llegado a la universidad.
Todo este cúmulo de antecedentes arrojó un resultado que los conductores estaban frente al volante con una ingesta alcohólica.
Se dividió ese tipo de conductores y estaban los que: Conducían bajo el efecto del alcohol sin estar ebrios y los que sencillamente, conducían en estado de ebriedad.
Con el correr del tiempo se ha logrado definir, que “no se puede conducir si sea consumido alcohol”. Tan simple como eso. Cerveza, vino, pisco u otros licores da lo mismo si son los efectos del alcohol lo que conduce a los accidentes.
El que se haya determinado que la ingesta de alcohol es un factor que impide estar tras un volante, esa responsabilidad la deben asumir todos los conductores de vehículos motorizados, y cada uno de ellos lo asumen, es evidente que el número de accidentes disminuirá y con ello evitar el dolor que causa en cada familia, la pérdida de un ser querido, como consecuencia del alcohol.
David Pérez Arce
Periodista
