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Lo Que el IPOM Oculta

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El Informe de Política Monetaria que el Banco Central publica cada trimestre es un extenso relatorio del funcionamiento de nuestra economía tanto en su contexto interno como internacional. Nos dice qué está sucediendo con las variables macroeconómicas como el ingreso y sus componentes, como el consumo privado, la inversión, el gasto público; la situación del empleo, salarios, el gasto público, la situación externa, tipo de cambio, balanza de pagos y deuda externa. También nos ilustra sobre la política monetaria a través de la fijación de la Tasa de Política Monetaria que es la señal de expansión de los medios de pagos (cuando baja) o restricción (cuando sube).
Sin embargo omite informar sobre la evolución de los medios de pago cuando se altera la Tasa de Política Monetaria examinando el comportamiento de diversos indicadores de corto plazo, siendo uno de los principales el IMACEC, índice mensual de la actividad económica, una especie de PIB mensual, que junto con la tendencia del desempleo, le indica si debe expandir o contraer los medios de pago.
Cuando el Banco Central expande el circulante en forma exagerada en relación al crecimiento mensual de la economía, renacerá la inflación medida por el IPC. Si se queda corto o reduce el circulante, los precios bajarán, cosa que raramente ocurre. El principal problema para mantener los precios estables (o con una meta de inflación entre 2% a 4% anual) es saber en cuánto tiene que variar la cantidad de dinero, efecto que espera que sea el resultado de variar la Tasa de Política Monetaria. La omisión de esta información le quita valor al IPOM, deja de ser un informe de política monetaria para circunscribirse a un informe de la actividad económica, de modo que no podemos saber si el Banco ha seguido o no la meta de inflación en el rango 2% a 4% anual.
Ante esa omisión, debemos recurrir a sus propias estadísticas monetarias: la cantidad de dinero circulante mes a mes y su impacto sobre la inflación. No cabe dudas que existe un rebrote inflacionario cuando el Banco Central ha estado aumentando el circulante desde hace muchos meses, entre 9% a 12% anual si, al mismo tiempo, la actividad económica, medida por el Imacec, lo ha hecho a una tasa promedio de 2%. La diferencia ha sido una inflación que, desde Marzo pasado, está sobrepasando la tasa anual de 4%. El Banco no está cumpliendo con el mandato taxativo que le ordena su ley orgánica: la estabilidad en el nivel de precios. Ninguna otra cosa.
Lo que está ocurriendo es que la tasa de desocupación que viene creciendo desde 5,7% hace un año atrás, a un 6,5% se muestra insensible a la política monetaria, frente a las expectativas negativas que se vienen detectando. Es el Gobierno el causante de tal pesimismo provocado con sus retroexcavadoras como lo demuestra el deterior del índice de percepción económica de Adimark desde 57 puntos positivos a fines del 2013 a 48 puntos, entrando en el área negativa en julio pasado.

 

 

Javier Fuenzalida A.

Profesor, Universidad Finis Terrae

 

 

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