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Experiencias de vida

El destino me tenía preparada una linda sorpresa… compartir 17 días con un grupo de mujeres maravillosas, con las que nos contamos historias de vidas, cantamos, reímos y nos emocionamos. Fueron días largos, pero cortos al mismo tiempo, esto producto de los paisajes que nos acompañaron, la gente que conocimos, los sabores que experimentamos… y a  pesar de pertenecer a distintas generaciones, la relación fue como las amigas de colegio en gira de estudio.

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Recorrimos tantos kilómetros, en un país tan diverso, donde nos enfrentamos a muchas culturas, lenguas, sabores colores, paisajes  y olores. Esto me cautivo, junto con ello la forma de hablar, tan pausada, con términos muy locales que de alguna u otra forma entendíamos, disfrutábamos y le buscábamos el correspondiente significado en Chile, esto hizo crecer el bagaje cultural de todos los que viajamos.

 

El catolicismo es predominante, nunca pensé visitar tantas iglesias, todas ellas muy recargadas al dorado, (utilizan mucho el pan de oro)  con imágenes de santos, virgen, tonalidades fuertes, líneas marcadas, mucha combinación de curvas, etc. Sin ser de mi gusto la decoración de estas, encontré interesante visitarlas, pues tengo una base más amplia  para compararlas con otras tanto en Chile como el extranjero, pues siendo todas católicas cada una posee su sello. Pero si debo reconocer que una me emocionó, era diferente, sin asientos, donde al ingresar un olor te abrazaba dándote la bienvenida, este aroma era  Mirra, tan envolvente como seductor y los peregrinos, todos indígenas, hablando sus lenguas y pidiendo por sus seres queridos, juntos a sus pequeños hijos, nietos, quienes se encontraban en un silencio increíble, generando un espacio cubierto de magnitud y respeto… retrocedí en el tiempo y realmente no tengo palabras para explicar lo vivido es esta iglesia. (Sólo se permite la fotografía de exterior que comparto con ustedes) La incomodidad que sentí en el lugar, fue ser una intrusa que entraba en lo más intimo de un ser, sin embrago fue la experiencia que marco parte de este viaje.

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No podía faltar la visita a los mercados, lugres donde se encuentra la esencia de un pueblo, de una cultura. Donde la forma de exponer los productos se repite a lo largo del los mercados visitados durante todo el periplo, (muy diferente como ocurre en nuestro país)  sólo cambiará  el lenguaje de los vendedores como el de los lugareños que compran y obviamente el hablar de todos los extranjeros que nos encontrábamos disfrutando de la magia de las texturas, los olores envolventes y la cantidad de productos nuevos a nuestra vista y gusto.

 

En uno de los tantos pueblos visitados, se cruzan las fronteras, estábamos  muy cerca  de Guatemala, a tres  horas,  la influencia de este país se hace presente, de estar físicamente en México, los colores, las vestimentas y la artesanía  nos decían otra cosa,  lo mismo que sucede con el norte y Patagonia en Chile, se mezclan los pueblos y se funden en uno,  eso para mí es mágico…

 

No puedo nombrarles una de las historias de amor que tiene este país, así como las historias de princesas enamoradas de plebeyos que enmarcan nuestra mitología indígena (la laguna del inca, la laguna inca coya  entre otras), en México tienen la historia del amor eterno… que me envolvió, me sedujo y  se las resumo para que la disfruten como yo.

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“es la historia de una princesa Cuzán quien está comprometida en matrimonio por voluntad del padre, con un príncipe Ek Chapat. Ella como buena y abnegada hija cumplirá la voluntad impuesta por el padre, pero su corazón le pertenecía  a un “cabeza roja”, sin linaje llamado Chapol. Cuando el padre de la princesa se entera que ellos eran amantes, manda a sacrificar a Chapol, pero al ver el sufrimiento de su hija, pide ayuda a los sacerdotes quienes le aconsejan al padre a convertirlo en un insecto y entregado a esta joven princesa desolada. La princesa Cuzán cumple la promesa de nunca separarse de él y le jura amor eterno, manda adornar este insecto con el mejor joyero quien le pone una cadena para que pudiera cargarlo siempre cerca de su corazón,”

 

Esta es la historia, es la leyenda del Maquech… el amor que te acompañará siempre.

 

Luego de esta historia, comprendí por que vendían en ciertos lugares cucarachas vivas y decoradas con pedrería.  Esto lo enmarco dentro lo mágico-irreal de este país, pues estoy creyendo que el amor eterno esta allá…

 

Junto con todo lo anterior les  debo  mencionar el trabajo de los guías locales, que son fundamentes para el éxito  de una excursión. Con relación a este tema, debo agradecer al guía que nos acompañó en el primer tramo Roberto, quien además de compartir conocimientos y contarnos las historias con tanta pasión, fue una persona cálida que nos trató siempre con afecto, respeto y simpatía. Y a Argel, quien fue el conductor del segundo tramo, estuvo atento a los detalles que queríamos y dentro de sus posibilidades nos agradaba.

 

Finalmente de algo estoy segura, que además de compartir  experiencias de vidas, lograr una relación de amistad con el grupo, aprendí que nunca te debes quedar con la primera impresión, debes dar una segunda oportunidad y  México lo vale.

 

La magia de este país me envolvió quiero  regresar, vivir el día a día, comprar la fruta en el mercado, saludar al señor del emporio,  estudiar, tomarme un café disfrutando del hablar pausado, con muchos   modismos y por sobretodo disfrutar la vida y la historia de Cuzán.

 

¿Qué opinas, debo regresar?

 

 

 

Clo

Twiter: @clocont

 

 

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Diario El Cachapoal - Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, Chile.
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