¿Se acuerdan de estas películas de cowboy italianas de los años 60 en que los malos eran tremendamente malos? Algo semejante ocurre con la educación en Chile y el productor no es el italiano Sergio Leone sino Eyzaguirre.
Los hechos: Está demostrado que la educación pública chilena es mala. Las pruebas como Simce, Pisa, PSU y otras más indican que los peores resultados se dan en las escuelas públicas, los mejores en las escuelas privadas subvencionadas y mucho mejores en las pagadas. Estas últimas muestran rendimientos que se van aproximando a los de varios países de la OECD. Se atribuye estas diferencias a factores económicos y demográficos porque a las escuelas públicas asisten mayoritariamente los hijos de las familias de menores ingresos.
Otro hecho es la calidad de los profesores. Las universidades, tanto estatales como privadas, admiten alumnos con bajos puntajes de la PSU y también otros que no la han rendido. Los resultados de la prueba Inicia a que se someten los egresados de los pedagógicos muestran un alto grado de desaprobación.
Un tercer factor está dado por la calidad de la enseñanza de los pedagógicos en todos, estatales y privados. La enseñanza está orientada principalmente a la filosofía de la pedagogía y otras abstracciones y excepcionalmente a las disciplinas que los futuros profesores deberán enseñar. Aquí los grandes responsables son las universidades estatales, con la U al frente, que deberían haber sido pioneras en mejorar la enseñanza de la pedagogía. Para peor, el propio estado condena a los profesores a un status socio económico bajo en comparación con el de sus compañeros de otras carreras socialmente apreciadas.
Puesto estos hechos, la reforma educacional debería estar orientada hacia elevar la educación pública a los niveles de la educación privada subvencionada y ojalá a la pagada. Lamentablemente los proyectos y el ministro de educación son los malos de este spaghetti western. Es más fácil ganar mediante leyes que terminen con la educación subvencionada y pagada -los buenos- para que los malos pasen desapercibidos, definiendo el lucro como delito con penas de cárcel, restringiendo el derecho de propiedad sobre las escuelas, prohibiendo el ejercicio de la libertad de enseñanza, prohibiendo la selección y la admisión como si disparando contra los buenos se lograra mejorar la educación pública – los malos.
Otro de los malos: la Cámara de diputados aprobó el proyecto del gobierno sin la debida discusión y plantea algunas interrogantes:
¿Mejorará la educación pública si se prohíbe el lucro en las privadas? No
¿Mejorará la educación pública si se prohíbe la selección en las escuelas privadas? No
¿Mejorará la educación pública si prohíbe el co pago en las escuelas privadas subvencionadas? No
¿Mejorará la educación pública si se crea una tremenda burocracia en el mineduc? No
¿Tiene sentido la educación como un derecho social si no se puede ejercer libremente? No
Como en los spaghetti western, hasta el momento están ganando los malos. Clint Eastwood no ha aparecido.
Javier Fuenzalida A.,
Profesor, Universidad Finis Terrae
